Se aprobó la ley de matrimonio igualitario.
Eso me satisface como ciudadana de este país, que en algunos aspectos parece que progresa.
Me llena de orgullo que si Ale se quiere casar voy a poder ir a tirarle arroz al registro civil.
Sin embargo, personalmente estoy cada vez más lejos de anhelar el matrimonio feliz. El me cambio todo lo que conocia. Ahora no hay vuelta atras.
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