viernes, 18 de mayo de 2012

Si caminamos mucho mucho capaz, en una de esas, algún día te alcancemos. Si dejo de buscarte en cada sabor, en cada comida, quizás algún día pueda volver a comer ravioles. Si consigo un telar, es muy probable que llene un baúl inmenso con ropa blanca para mudarme de continente. Si tengo una hija, no hay dudas que se llamará Clementina. Si lavo toda mi ropa a mano y le pongo almidón, juro que mis nietos van a heredar las sábanas que, con mis propias manos, hilvané en el telar. Si trabajo la tierra secretamente con amor infinito, dejaré de buscar y de interpretar formas rebuscadas de vivir, disfrutando de lo que realmente soy: un pedazo de tierra. Si planto una veintena de crisantemos, puede ser que no te vaya a extrañar tanto. Hasta siempre nona.