Las estructuras que no tienen una base sólida terminan cayendo, y cuanto más esfuerzo pongan en sujetarlas, más destruirán con su caida. Sostener lo insostenible, lo que ya está muerto, se lleva todas las fuerzas y genera enfermedades. Dejen ir lo que ya no sirve y hagan un espacio dentro de ustedes para la llegada de algo nuevo.
(horoscopo de hoy, como para analizar algunas verdades)
domingo, 27 de junio de 2010
sábado, 26 de junio de 2010
cosas que pasan II
Como hago para que entiendas? No hay mucho que explicar tampoco.
Es que fueron meses livianos, se hicieron así.
Sin querer queriendo, me llegó la hora de partir. La verdad es que había una parte de mí que quería quedarse en el subsuelo. Aunque no había luz ni aire, ahí me sentía más viva que nunca. Revoluciones continuas en los sentidos hicieron el abismo entre lo que fue y lo que vendría.
"Ya sé, yo te idealizo demasiado".
Después de la mutua clandestinidad, los silencios densos por miedo de dar el paso y palabras al azar llegó un día. El día de sol (aunque ya era de noche) en que nos lanzamos al escalofrío. *Dame un beso*. Y fue lo más. A mis 25, había sentido el primer beso, después de haber besado tanto, fue como si nunca hubiera dado uno.
Se fue. Me quedé sentada en la cama todavia sintiendo sus labios en los mios (si te lo robé).
Para que explicar la complicación que fue.
"Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque-la-aman, yo creo que es al revés. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto."
Del capítulo 93 de Rayuela
Es que fueron meses livianos, se hicieron así.
Sin querer queriendo, me llegó la hora de partir. La verdad es que había una parte de mí que quería quedarse en el subsuelo. Aunque no había luz ni aire, ahí me sentía más viva que nunca. Revoluciones continuas en los sentidos hicieron el abismo entre lo que fue y lo que vendría.
"Ya sé, yo te idealizo demasiado".
Después de la mutua clandestinidad, los silencios densos por miedo de dar el paso y palabras al azar llegó un día. El día de sol (aunque ya era de noche) en que nos lanzamos al escalofrío. *Dame un beso*. Y fue lo más. A mis 25, había sentido el primer beso, después de haber besado tanto, fue como si nunca hubiera dado uno.
Se fue. Me quedé sentada en la cama todavia sintiendo sus labios en los mios (si te lo robé).
Para que explicar la complicación que fue.
"Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque-la-aman, yo creo que es al revés. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto."
Del capítulo 93 de Rayuela
lunes, 21 de junio de 2010
cosas que pasan
Me gustaba cuando no nos conociamos y jugabamos a las adivinanzas, a no mostrarnos. Ya soñaba con él. Me ponia nerviosa la musiquita cuando aparecía. Al instante empezabamos a jugar.
Un día fui.
Llevaba el bolso tan cargado de libros, buscando excusas pasé primero a recuperarlos. Tenía que tener una para salir de mi pieza aunque sea.
Fue una de las situaciones más tensas que viví, pero a la vez tan placentera. Sabía que me miraba, que se acercaba pero que no se animaba.
Nunca más pude dejar de ir.
Nunca más dejé de sentir ese vacio en el estomago cuando estoy llegando. A veces son como cortocircuitos en la punta de los dedos, nuditos que se hacen en la voz, nubes en la cabeza. Todo junto parece mucho, pero pasa.
Con la nada misma haciamos magia. Nos comiamos las horas. Arriba todos se sentaban, aplaudian, cantaban, tocaban a mozart, reian, enloquecian y se iban. Abajo entre humos y mates, moriamos un poco más de amor.
A pesar de todo (todo todo) no me arrepiento, no se siente algo así en cualquier vida. No cualquiera es capaz.
Un día fui.
Llevaba el bolso tan cargado de libros, buscando excusas pasé primero a recuperarlos. Tenía que tener una para salir de mi pieza aunque sea.
Fue una de las situaciones más tensas que viví, pero a la vez tan placentera. Sabía que me miraba, que se acercaba pero que no se animaba.
Nunca más pude dejar de ir.
Nunca más dejé de sentir ese vacio en el estomago cuando estoy llegando. A veces son como cortocircuitos en la punta de los dedos, nuditos que se hacen en la voz, nubes en la cabeza. Todo junto parece mucho, pero pasa.
Con la nada misma haciamos magia. Nos comiamos las horas. Arriba todos se sentaban, aplaudian, cantaban, tocaban a mozart, reian, enloquecian y se iban. Abajo entre humos y mates, moriamos un poco más de amor.
A pesar de todo (todo todo) no me arrepiento, no se siente algo así en cualquier vida. No cualquiera es capaz.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)