sábado, 1 de diciembre de 2007

claroscuro

Hay cosas que para describirlas no hay palabras, ni imágenes que alcancen, son de esas que pasan no sé porque. Pasan. Todo intento de descripción queda chico, quizás porque sea inexplicable.
Somos mentes inexplicables*.
Tan distintos, tan iguales.
Tan iguales que molesta, superponemos todas nuestras acciones uno sobre otro. Absorbemos todas las energias del aire que axhalamos, hasta ahogarnos. Cuando uno se desahoga, el otro toma el impulso para volver a empezar. Es una transmisión de energía continua, que nunca acaba. Energía renovable. Como la del viento, que mueve las grandes aspas del molino. El viento que nos da esa bocanda de aire, nos pega en la cara y nos depeja.
Abrimos los ojos después de la ceguera. Y era, es, todo tan claro. Estabamos ahí los dos, con las heridas a flor de piel, desgarrándolas aún más, curándolas, arrancándolas.
Mirarnos a los ojos no nos cuesta nada, y volver a respirar tranquilidad, el dolor desaparece con una suave caricia, con un intento de consuelo. Cuando subyacen los cuerpos cansados, las mentes agotadas, aflora el verdadero sentimiento, cuando la mente no domina...
Me recuesto en tus brazos, feliz.



*dicen que del odio al amor hay un sólo paso. Yo no puedo explicar cómo el odio y el amor pueden estar juntos en un mismo instante.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

"...el silencio anuncia el ruido
de la calma que antecede al huracán" jajajajajaj, se me vino eso a la mente...muy bueno.

Diseño y Planificación Comunicacional dijo...

Es que la vida te lo explica...

Anónimo dijo...

Esto que escribiste me llego al corazon. Gracias totales....


Parado aquí confundo los colores,son resplandores divinos,densa oscuridad,fuego más velocidad,la tumba del camino.

rocha dijo...

le llegue al corazon a alguien...sin quererlo...
bracito de bebe??
por lo menos quiero saber a quien...