Esta segunda mitad del año, con desempleo se ha llevado mis horas de sueño...son las 5 de la mañana de un miércoles y estoy despierta como si fueran las 5 de la tarde, con todas las luces prendidas. No logro disfrutar el descanso, porque parece que este estado de improductividad es malo, vicioso, es un demonio del que me debo exorcisar porque sino va a quedar eternamente en mi. Por eso es que lo vivo con culpa, me siento una inutil por seguir viviendo en la casa de mis padres (a esta edad)...a veces me largaría a trabajar de cualquier cosa, en una cocina, camarera, vendedora...cualquier cosa que no tiene nada que ver con la bendita carrera que estoy por terminar. Otras veces me convenzo de que eso no sirve de nada y retrasaría mi ansiado titulo universitario que tantos años costó, por eso es que debo enfocarme en estudiar, estudiar y estudiar. Lo estoy haciendo de hecho, es lo único que hago.
Hoy fue uno de esos días en que pasé por todos los estados, demasiadas ideas atravesaron mi día. Finalmente no concreté nada de lo pensado.
Ya se empezaron a definir naturalmente los trazos de una historia que estaba en la nebulosa, estaría re bueno pegar un laburo zarpado, y cerrar este año con un brindis rompiendo copas de champagne barato y enloqueciendo de burda felicidad.